viernes, 7 de febrero de 2014

El Maestro De Los Títeres


11/06/98
        En la mañana de un día caluroso, Kate esperaba a su novio en la vereda de la casa que alquilaron en las afueras de Estambul.
     
  -¡Ya voy! – gritó Richard.
        - Ok, seguiré esperándote – dijo Kate con un tono irónico.
        Mientras bajaba Richard, por las escaleras de afuera, Kate dice:
        - ¿Había necesidad de tardar tanto?
        - Ah, lo lamento, estaba tratando de encontrar las malditas llaves.
        - ¿Las encontraste?
        - Pues aquí están – contestó, mostrando las llaves.
        - Bien, vamos – dijo Kate y se subieron al auto.
        Manejaron durante unos 30 minutos, cuando llegaron al centro de Estambul. Dejaron el auto en un calle aledaña a la avenida y continuaron paseando, pero a pie. Mientras caminaban por la  Avenida de İstiklal, un señor que estaba en una esquina, le da un folleto.
        -¿Un circo? – preguntó Richard.
        El señor que les dio el papel no lograba entender a Richard e hizo una mueca demostrando su duda.
        - Bir sirk? (“¿un circo?” En turco)
        -
Hayır, bu bir şov – contestó el señor.
        - ¿Qué dijo? – preguntó Richard a Kate, ya que ésta tenía más conocimiento sobre el idioma turco.
        - Dijo que no es un circo, sino un espectáculo – contestó.
        Mirando el papel que le había dado, Kate dijo:
        - Al parecer es un espectáculo de títeres. Es esta noche en la calle paralela a ésta.
        El sujeto quedó con una sonrisa en su cara, una sonrisa algo intranquila. Kate lo miró dudando y le dijo:
        - Te
şekkürler. (“Gracias” en turco)
        Se alejaron de aquel sujeto y continuaron la caminata. Mientras caminaban por la avenida, que repleta de gente estaba, se encuentran con una clarividente en un local. A Kate le fascinaban este tipo de cosas, la clarividencia, el tarot, los presagios y demás. Golpearon la puerta y se quedaron esperando. Una señora anciana con los cabellos blancos, se acerca hacia la puerta a un paso casi irritable. Les abre y los hace pasar.
        - Hola, bienvenidos – dijo la señora.
        <<Que bueno que habla inglés>> pensó Richard.
        - Hola – dijo Kate - ¿Es usted la vidente?
        - Así es querida, ¿deseas que vea tu futuro?
        - Siempre me han llamado la atención estas cosas, pero… ¿Es cierto?
        - Probaré si quieres – contestó la anciana.
        - Mmm, está bien – dijo Kate algo dubitativa.
        La señora cerró sus ojos y comenzó a sentir que su mente estaba entrando en el futuro, visualizando cada detalle para luego decirle a Kate lo que a ésta le pasaría. Se quedó varios minutos en esa posición y de repente despertó muy asustada.
        - Deben irse, deben… deben irse de aquí – Dijo la señora muy exaltada.
        - ¿Pero qué pasa? – Dijo Richard - ¿Qué pasó señora? ¿Qué vio?
        La señora quedó quieta y la miraba a Kate perturbadoramente…
        - No logré ver nada.
        - ¿Y por qué su reacción fue tan abrupta? – Preguntó Kate.
        - No, por nada – contestó la señora – sentía que no podía despertar.
        Kate y Richard quedaron pensativos.
        Salieron del lugar y continuaron caminando sobre la avenida. La noche cayó repentinamente y tenían ganas de ver el espectáculo de títeres que les había ofrecido el extraño sujeto hace 2 cuadras atrás. Allí se dirigieron. Caminaron 2 cuadras hacía atrás sobre la paralela a la avenida y cuando estaban entrando en la tercer cuadra, encontraron el espectáculo.
        - ¿Es aquí? – Pregunto Richard.
        - Supongo.
        Golpearon la puerta y un sujeto aún más extraño que el que los invitó, les abrió la puerta.
        - ¿Vienen al espectáculo? – preguntó el sujeto.
        - Habla español – Dijo Richard.
        - Sí – Dijo el sujeto – y por lo que veo ustedes también.
        - Sí, así es.
        - ¿Van a pasar?
        - Claro – dijo Kate y entraron.
        Era un lugar que quería parecer agradable pero la atmósfera era extraña, lúgubre y un tanto siniestra. Una brisa corría por el pasillo, que conducía hacía el espectáculo. Parecía una casa pero con un tono tétrico.
        Cuando finalmente llegamos al lugar del show, el que manejaba a los títeres estaba en escena y el lugar estaba vacío. Kate y Richard quedaron tiesos en la habitación y el sujeto que los hizo entrar cerró la puerta que estaba detrás de la pareja y la cerró con llave.
          - Pasen y siéntense – dijo el sujeto del escenario – A mi me conocen como El Maestro de Los Títeres.
          El maestro de los títeres era un sujeto con traje negro, corbata azul y con la cara pintada de blanco con detalles negros. Algo bastaste extraño.

          - ¿Y por qué estamos solos y nos encierran? – Preguntó Richard.
          - El espectáculo estaba montado exclusivamente para ustedes – dijo con una voz sombría.
          - ¿Solo para nosotros? – Preguntó Kate.
          - Así es Kate.
          - ¿Cómo sabes mi nombre?
          - Reitero… El espectáculo estaba montado solo para ustedes… Solo para Richard y Kate.
          Todo parecía bastante extraño pero ambos con bastante miedo, se sentaron delante del Maestro de los Títeres con una única idea en la cabeza… Ver el espectáculo para lograr salir de allí lo más pronto posible.
          El show había comenzado y lentamente los movimientos de los títeres del maestro, iban adormeciendo. Ambos quedaron totalmente mareados y la visión se iba distorsionando. La cara del Maestro se iba viendo más y más extraño a medida que avanzaba el espectáculo. Los títeres del Maestro eran 2, Sharon y Blazer.
          Richard y Kate cayeron inconscientes en el espectáculo. Despertaron en la habitación y aún continuaban mareados. Una habitación oscura con una luz sola, que alumbraba a la pareja, dejando el resto de la habitación totalmente oscura. De aquella oscuridad intensa salió el maestro de los títeres con dos agujas, y empezó a sacarles sangre a ambos.
          - ¿Qué rayos haces? – Preguntó Richard gritando.
          - Tranquilo Richard… Serán títeres para cuando salga el sol – Dijo El Maestro y comenzó a reír perturbadoramente.

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